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Mostrando entradas de noviembre, 2014

NTERROGANTES Y RESPONSABILIDADES EN EL CASO DEL GENERAL ALZATE

I Muy lamentable y también muy extraño el secuestro del General Alzate. Muchos interrogantes, inconsistencias e irregularidades que deberán tener explicaciones y respuestas, una vez superada la situación y liberados los rehenes.   Veamos: La información que suministra el único lugareño testigo que se atrevió a hablar a los medios, es muy distinta al reporte oficial suministrado por el soldado conductor de la lancha.   ¿Quién dice la verdad? ¿Por qué el General Alzate no siguió los protocolos establecidos para zonas rojas y se dirigió a un terreno de conocido predominio guerrillero, sin escolta, sin avanzada de soporte, sin helicópteros, sin armas, sin uniforme?   ¿Cuál era el propósito de su desembarco en Las Mercedes?   ¿Cómo es posible que el soldado que manejaba la lancha debió navegar rio abajo   veinte minutos para avisar a sus superiores, como si no dispusiera de un teléfono satelital o al menos celular, perdiendo tiempo valioso que aprovecharon los captores

EL RECHAZO AL TEMA DE LA PAZ

Hablar sobre el conflicto que padece el país o sobre el proceso de paz que se lleva a cabo en La Habana, provoca en algunos interlocutores alteraciones de ánimo y altercados hasta el punto de tener que abandonar el tema   para evitar confrontaciones mayores, como sí este no fuera ya parte de la cotidianidad, de la historia   y de la cultura colombiana. Es explicable que algunos espíritus estén habitados por la polarización, el resentimiento y el escepticismo, producto de más de cincuenta años de violencia, en un enfrentamiento despiadado que ha cobrado más de 220.000 vidas y seis millones de víctimas por secuestros, masacres, desapariciones forzadas, desplazamientos, mutilaciones por minado de campos, reclutamiento de menores y delitos sexuales   con   actores que transgredieron todo límite causando una de las peores crisis humanitarias de los años recientes. Soñar un país pacifico donde las armas dejen de ser instrumento de la política no es una utopía. El conocimiento