Escritos y lecturas

A dos días de su llegada al país y en más o menos siete intervenciones, el Papa ha dejado sin argumentos al Centro Democrático y a sus cada día menos seguidores. No sólo sus palabras, sino también sus actos desvirtúan esos dispositivos retóricos de odio, rencor y   miedo que han mantenido su vigencia y que le dieron al Centro Democrático, el precario triunfo que obtuvo en el plebiscito. Él si vuelve trizas su discurso. El día antes de su llegada a Colombia Uribe le envió una   carta pública al Papa en la que   insistió otra vez, en negar el conflicto armado, cuando   dijo textualmente:   “Colombia ha tenido una democracia afectada por el narcoterrorismo, no una dictadura enfrentada por civiles armados.” Carta que el Papa por supuesto no respondió. Sin embargo,   en varias oportunidades y en especial en la ceremonia de las Víctimas en Villavicencio, se refirió al conflicto armado, a la guerra y también a quienes persisten en el odio, la venganza y la cizaña. Oró ante la cru