Escritos y lecturas

El inesperado triunfo del NO en el plebiscito, con una escasa mayoría del 0.45%,   y una abstención del 63%, impidió la implementación del Acuerdo de paz firmado con las FARC-EP, generando desconcierto e incertidumbre en el país, en la comunidad internacional   y en particular en ese grupo insurgente, ya concentrado a la espera de dirigirse a las zonas veredales transitorias de normalización. Por fortuna, del desconcierto la sociedad pasó a la acción y empezó a movilizarse para defender su derecho a la paz, la juventud estableció campamentos en la plaza de Bolívar de Bogotá, ejemplo que fue seguido por otras ciudades y puede decirse que el país y la comunidad internacional, se unieron para presionar celeridad en la conciliación de las partes a fin de lograr la pronta conclusión del proceso, con un Acuerdo por una paz estable y duradera que consulte y comprometa a las mayorías.     El Presidente Santos, respetó como era lógico, la decisión de las urnas   y entendiendo que quienes v

La verdad no he podido reponerme de semejante batacazo. Me despierto en la mañana pensando que lo del domingo en la noche fue una pesadilla.   Pero a poco, me doy cuenta de que la pesadilla es la realidad; sucedió lo increíble, Colombia dijo NO al Acuerdo político para desarmar y desmovilizar a las FARC-EP. Pudo más la resistencia al cambio, pudo más el deseo de venganza, pudo más el miedo. Pudo más la palabra de Uribe, líder mesiánico alienado por su obsesión de poder, que una salida negociada al conflicto, que la reconciliación de los colombianos y la construcción de un país más equitativo e incluyente. Y qué difícil aceptar esta apabullante realidad, estuvimos tan cerca... Sentí la paz en mis manos, experimenté   su calor, disfruté su presencia, percibí su aroma y creí vivir en una país distinto cuando el lunes en Cartagena, en la firma del Acuerdo Final, compartí una fiesta de inclusión con representantes de todas las edades, clases sociales y económicas del país: indíg

Por Stella Cano Arango El plebiscito convocado por el Presidente Santos para buscar la refrendación popular de los Acuerdos negociados con las FARC-EP para la terminación del conflicto armado y la búsqueda de una paz estable y duradera, sorprendió tanto a la opinión pública, como al   Gobierno que en mi opinión se confió posiblemente por el valor y el significado de la causa. También quedaron asombrados los opositores al conocer las cifras definitivas. Lo que fue motivo de desconcierto y escepticismo para unos, fue de lágrimas, frustración e incluso, rabia para otros. En todo caso, la nota característica de la noche del dos de octubre en Colombia fue la sorpresa.  ·       Quién Ganó? La democracia que se expresó sin violencias y con la garantía de la libre competencia.   El Centro democrático: Uribe, Ordoñez, Pacho Santos, José Obdulio Gaviria, J.F. Laforie. La abstención: Solo votaron 37% de los electores habilitados según la Registraduría Nacional del

El senador Uribe protesta porque las FARC  se declaran ganadoras en la negociación de La Habana. Su obsesión por derrotarlas le impide ver  que en un  Acuerdo negociado ganamos todos: - Las FARC-EP  porque consigue que el Estado colombiano después de años de ignorar las necesidades del campo se comprometa con su desarrollo y modernización. Porque lograron ser escuchados y  participar con garantías de seguridad en el escenario político y en la toma de decisiones  políticas  locales, regionales y nacionales. Porque conciliaron un sistema de justicia transicional que satisface, reconoce y repara a las víctimas, y en la que todos los crímenes de lesa humanidad, crímenes internacionales y de guerra serán investigados, juzgados y sancionados, mediante una justicia restaurativa que  los redime como seres humanos dándoles oportunidades de reincorporarse a la vida civil.  -El Gobierno  de Colombia porque logró la desaparición definitiva de la guerrilla más antigua y violenta