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QUE SE OIGA NUESTRA VOZ








Uno diría que el acto terrorista del ELN fue un hecho brutal, imperdonable, de una torpeza mayúscula, que no puede quedar impune.

Veo en la televisión las caras de los jóvenes cadetes, con la belleza de su juventud, sonrientes, llenos de ilusiones …y siento ira e impotencia de saberlos muertos y un dolor de madre, agudo en mi corazón, al pensar en sus progenitoras. Comparto el sentimiento de sus compañeros, de sus jefes y de la Policía Nacional. Por eso, como todos clamo justicia para las víctimas y castigo para los victimarios. Y hago eco del llamado a rodear al Presidente y a la unidad de todos los colombianos.

Pero... de igual manera, creo que levantar la mesa de negociación con el ELN (a la que paradójicamente el gobierno de Duque nunca se sentó) y cerrar la puerta del diálogo, es reactivar la fábrica de víctimas por homicidios, desplazamientos, atentados, afectaciones a la población civil, en una palabra es volver a la guerra.
No olvidemos que solo entre los cadetes de la policía muertos, heridos y población civil afectada en el atentado y líderes asesinados en las regiones, contabilizamos a los 18 días del mes de enero de 2019, 95 víctimas.

Yo pregunto: 

¿Queremos los colombianos seguir matándonos otros 50 años?
¿Queremos volver a vivir la barbarie del enfrentamiento entre hermanos y el escalamiento del conflicto hasta llegar a puntos incontrolables y excesos como los que conocimos?

¿Cuántas víctimas necesitamos para entender que no es con violencia, muerte y desolación como vamos a conseguir la paz que merecemos? 

¿Por qué quieren que vivamos en medio del miedo, el odio y la desconfianza por el otro?

Yo no quiero regresar a esa época de terror, ni quiero eso para mis nietos, valoro mucho los últimos años de relativa tranquilidad, percibo un cambio en el país, en la gente que ha experimentado ese período de paz y en especial en los jóvenes, creo que el gobierno tiene la obligación de buscar la paz sin derramar la sangre de más colombianos. 

La guerra es un negocio muy rentable y tiene muchos defensores pero también los tiene la paz, que se oiga nuestra voz.  No a la guerra!

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